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Cla Cla Clavdivs

Agripina: ¿Cuándo acabará esto? Nos has traicionado.
Claudio: Agripina...
Antonia: ¿Por qué aceptaste?
Claudio: Bueno... yo... él me lo pidió.
Antonia: ¿Eso es todo lo que tienes que decir? Estúpido.
Herodes Agripa: No. No es un estúpido. Nosotros somos los estúpidos. Si Sejano hubiera venido a nosotros con una proposición así lo habríamos echado a patadas. Claudio sabe lo que hace. Claudio sabe inclinarse en la dirección en la que sopla el viento.
Agripina: Con lo cual demuestra que es débil y cobarde.
Herodes Agripa: Puede ser... pero él aún sigue aquí.

 

Mármol. Busto del emperador Claudio. Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.

 

"Pero él aún sigue aquí". Para aquellos que no lo recuerden, éste es un breve fragmento de diálogo de la versión doblada al castellano de la serie "Yo, Claudio" (1976), basada en la homónima y famosa novela de Robert Graves.

Esta novela, que sin duda toma como cimiento lo que sabemos de Claudio a partir de autores como Suetonio o Tácito, remarca la intencionada estupidez que este individuo imprimía a su imagen pública, para así pasar desapercibido, plegándose a las difíciles circunstancias que golpearon a la familia imperial. Dicha actitud solo sirve para remarcar su inteligencia y astucia, que le permitieron sobrevivir y sorprender en determinados momentos al resto de sus contemporáneos.

Esta es la imagen pública y moderna que más se conoce de Claudio. ¿Pero qué sabemos realmente sobre esta cuestión?

Respecto a su "estupidez", existen muchas teorías formadas en base a lo que las fuentes nos cuentan sobre él:

- Alteraciones de locución y posible contractura de la musculatura peribucal; es decir, tartamudez, emisión continua de saliva y risa espasmódica.

- Tics nerviosos (posible síndrome de Tourette), agudizados en función del estado emocional del sujeto.

-  Debilidad en ambas piernas (posible contractura anormal de los miembros inferiores), lo que le provocaba constantes tropiezos o le obligaba a leer sentado sus informes en el Senado.

- Hipoacusia de nacimiento, agudizada con la edad.

En su novela, Robert Graves atribuyó todas estas dolencias y problemas a polio infantil, aunque hay quienes piensan más adecuadamente en paraplejia espástica de Little, fruto de un proceso anóxico intrauterino o en el periparto. Todos estos elementos fueron condicionantes para ser menospreciado por su propia familia. Su madre, Antonia (hija de Marco Antonio y Octavia), le consideraba modelo de estupidez, mientras que su abuela, Livia Drusila, le despreciaba tanto que raras veces le dirigía la palabra; hasta su hermana, Livila, se compadeció de Roma al saber por un augurio que Claudio terminaría siendo emperador. Y aunque en algunos despertaba la compasión, como en Augusto (su tío abuelo), quien se refería a Claudio como "pobrecito", no fue impedimento para que le relegase a un puesto secundario del sacerdocio o que su ceremonia de la toga viril fuese secreta.

En cuanto a su "inteligencia", es un campo que vamos a destacar, debido a que, grosso modo, Claudio no es citado en las fuentes como un modelo de buen princeps, fundamentalmente debido a que se dejó manipular con suma facilidad por sus esposas (en especial Mesalina y Agripina) y libertos, dos colectivos profundamente menospreciados por las élites. Además, han quedado para la posteridad rasgos negativos de su persona (aunque en parte conectados con los de sus predecedores), como su gusto por la bebida, el juego y la crueldad, amante de actividades sangrientas (como los munera gladiatoria o las ejecuciones que ordenaba), y muy colérico, pero también fácil de confundir, voluble y un poco paranoico. Por tanto, ¿qué podríamos destacar de emperador tan "funesto"?

- De su formación juvenil, tenemos como curiosidad que Tito Livio fue su tutor en el campo de la Historia, por el que sintió una enorme afinidad. De hecho, a Claudio se le atribuyen algunas obras de sumo interés, como una "Historia de Cartago" en ocho volúmenes, o una historia del gobierno de Augusto que le causó varios problemas, pues no escatimaba en críticas.

- También fue discípulo del filósofo estoico Atenodoro Cananita, que junto con otros, le ayudarían en el campo de la oratoria. Parece que, según fue creciendo, sus dificultades en el habla se fueron mitigando, hasta el punto de que Augusto quedó sorprendido por su claridad oratoria.

- Merece mención otra de sus obras, una historia sobre los etruscos, así como un diccionario de la lengua etrusca. Y es que, a falta de más información, Claudio bien podría ser el último erudito que dominó la lengua etrusca.

Esta capacidad intelectual y erudita, sumado a nuestro juicio con una enorme astucia y habilidad para sobrevivir a algunos de los peores episodios de la Dinastía Julio-Claudia (crisis sucesoria de Augusto, purga de Sejano y seguidores con Tiberio, asesinato de Calígula...), no parecen ser compatibles con un mero carácter pasivo y de fácil manipulación. Pero en modo alguno debemos llegar a una postura laudatoria excesiva de su figura, pues como cualquiera, tenía sus luces y sus sombras. 

Tampoco nos quedemos con todo lo malo de este emperador, ni le condenemos a la humillación eterna, como hizo  Séneca en su Apocolocyntosis divi Claudii.


Fuentes:

No queda nada de la obra intelectual de Claudio, pero no pierden interés algunos documentos pertenecientes a su labor política, como la "Carta a los Alejandrinos", la Tabula de Lugdunum y el Edicto para los habitantes de Tridentium.

Dión Casio: Historia Romana, LX.

Flavio Josefo: Guerra de los Judíos.

Séneca: Apocolocintosis del divino Claudio.

Suetonio: Vida del divino Claudio.

Tácito: Anales, XI-XII.

Bibliografía:

Baldwin, B (1964): "Executions under Claudius: Seneca's Ludus de Morte Claudii", Phoenix, 18.

Leon, E. F. (1948): "The Imbecillitas of the Emperor Claudius", Transactions and Proceedings of the American Philological Association, 79, 79-86.

Levick, B. (1990): Claudius, New Haven, Yale University Press.

Momigliano, A. (2021): El emperador Claudio, Salamanca, Signifer Libros.

Scramuzza, V. (1940): The Emperor Claudius, Harvard University Press.

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Artículo en proceso de redacción.    

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