Buscar este blog

Peces de lujo

 

Esta es una de esas publicaciones que, desde Salve, Qvirites disfrutamos mucho investigando y escribiendo, pues nos encontramos con una de tantas ocasiones en las que no podemos evitar expresar: “un momento, ¿de verdad me estás diciendo que esto ya lo hacían los romanos hace más de dos mil años?”. Cuando piensas que las piscifactorías eran un invento moderno, descubres que los antiguos desarrollaron esta tecnología, descendiendo así nuestra prepotencia de individuos más avanzados y aumentando el respeto por las sociedades preindustriales[1].

 

Mosaico, 88 x 88 cm (teselas de 5 mm), s. I a.C. Representación de distintas especies de la fauna marina, con especial énfasis en la lucha entre un pulpo y una langosta. Hallado en el triclinio de la domus de Lucio Elio Magno y conservado en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles (fotografía propia)

Quizás solo debamos establecer una diferencia en base al objetivo que se buscaba; resulta evidente que el uso e incremento de las piscifactorías modernas obedece en mayor medida a la necesidad de consumir especies acuáticas cuya existencia está amenazada en entornos naturales como consecuencia de la sobreexplotación pesquera y la contaminación. Es muy posible que los romanos creasen sus piscifactorías no tanto por el riesgo de extinción de una especie, sino para disfrutar de la misma en cualquier época del año (ya fuese como producto fresco o en salazón) durante un tiempo en el que no existía la conservación refrigerada de los alimentos. Complementa a esta reflexión personal las palabras de Séneca (Ep. XIV, 90, 7):

(…) los viveros de peces, puestos a buen recaudo para que la glotonería no se viera expuesta al riesgo de las tempestades, y así, aunque la furia del mar fuera muy violenta, la voluptuosidad dispusiera de sus propios puertos donde cebar cantidades de peces variados[2].

Tenemos incluso testimonios que informan de piscifactorías con un fin religioso y no para consumo, por increíble que parezca. Es el caso citado por Claudio Eliano (NA, XII, 1), en el que el sacerdote de un templo de Apolo de Mira (en Licia, Turquía) alimentaba en una fuente a unos peces llamados “orfos”[3] con carne de terneras sacrificadas en honor al dios; los oferentes entendían como buen augurio de Apolo que los peces se diesen un buen atracón de carne, mientras que el rechazo de la misma implicaba la cólera divina. Y como el ser humano puede alcanzar cotas inauditas para su imaginación, hay registrado un uso de la acuicultura con fines crueles (si es que estamos dispuestos a creer dichos testimonios); es el caso de Vedio Polión, amigo de Augusto, quien condenaba a muerte a sus esclavos arrojándolos a su estanque de morenas, previamente enfurecidas tras echar vinagre en el agua (Plin. NH, IX, 77). Pero en cuanto al uso de la acuicultura para el consumo humano, tenemos algunos interesantes testimonios:

  1. Plinio el Viejo (NH, IX, 171) nos informa sobre Cayo Hirrio como el primero en construir un vivero, en este caso de morenas, gracias al cual pudo ceder seis mil de estos peces que se utilizaron en las cenas del triunfo de Julio César. 
  2. Otro famoso acuicultor fue Lucio Licinio Murena, el primero en crear un vivero de distintas especies.
  3. Lúculo, apodado por Pompeyo como “Jerjes con toga”, cobró fama por haber perforado una montaña cerca de Nápoles para construir un canal de conducción de agua hacia su vivero[4]
  4. Mencionamos también el caso de Cayo Sergio Orata (Plinio, NH, IX, 168), el primero en crear viveros de ostras en Bayas, y no para comer bien (autoconsumo), sino para hacerse rico (venta en mercado). 
Esto denota que las piscifactorías o piscinae se convirtieron en una costumbre lujosa entre la nobleza romana, como denuncia Cicerón a propósito de la frivolidad de los piscinarii, que atendían más a sus peces que a los asuntos público[5] (Plinio, NH, IX, 170).

Sin embargo, es Columela quien nos proporciona una información más exhaustiva y científica sobre la acuicultura romana. Sobre su origen e historia (VIII, 16), comenta que los antiguos romanos, buscando que nunca les faltasen provisiones de especies comestibles, construían piscinas que llenaban con peces traídos del mar, así como lagos naturales[6], concretamente los lagos Volino, Sabatino y de Viterbo, donde prosperaron lobos marinos y doradas. Sin embargo, en aquellos tiempos remotos las piscifactorías eran más una ayuda extra para el mantenimiento de los campesinos, y no tanto una actividad exclusiva y lujosa de los nobles.

Respecto al proceso de construcción (VIII, 17), Columela explica muchos detalles que enumeramos de forma simplificada:

  1. Para evitar el fracaso, es mejor que el estanque esté dispuesto de manera tal que el agua de las olas entrantes consiga echar la anterior, evitando el estancamiento y obteniendo el refresco continuo del mismo. 
  2. Podía excavarse en roca (opción difícil y minoritaria) o construirse con obra de sillería en la orilla.
  3. También detalla que si el vivero está al mismo nivel que el agua del mar, debe tener una profundidad de nueve pies y contar con mucho caudal en los canales que se abran para remover mejor el agua del fondo. 
  4. Desaconseja que las piscinas tengan largos escondrijos y cavernas donde los peces se refugien del sol, pues dificultan el refresco de agua corriente, aunque se pueden mantener una especie de hornillas en las paredes. 
  5. Los canales deben contar con rejillas de cobre con agujeros pequeños para impedir el escape a los peces.
  6. Recomienda que las piscinas incluyan algunas rocas de la costa con algas para que confieran al vivero un aspecto similar al verdadero mar, y así los peces se sientan más cómodos en su encierro.

Después, había que considerar la selección de especies a ser encerradas. Columela menciona que no es buena idea mantener una gran cantidad de barbos por ser una especie muy delicada, siendo el mújol, lobo, mero, lamprea, morena… especies que aguantan mejor el encierro. Si la piscina cuenta con lodo y cieno, resulta ideal para “peces aplastados” como el lenguado o el rodaballo, así como especies con concha. Respecto a la alimentación, el autor explica que a los “peces aplastados” es mejor darles alimentos tiernos porque no tienen dientes y prefieren lamer o tragar la comida, como anchoas secas, sardinas podridas, intestinos del atún, ventrículos de caballas… (en suma, los desperdicios). Para las otras especies, sirve cualquier pescado de tamaño menor, como anchoas o camarones, pero también pueden servir pedazos de pan o frutas picadas de estación. En cualquier caso, se recomienda un buen engorde del pescado para que alcance buenos precios de venta en el mercado.

La arqueología da testimonio de que la acuicultura era una práctica que los romanos expandieron por todo el Mediterráneo, con más de 50 restos (la mayoría de ellos en Italia), pero no hay duda de que debió haber muchos más centros de producción que no han llegado hasta nosotros. Los mencionamos aquí brevemente:

FRANCIA

  • Lac de Capelles, en Port-la-Nautique, Narbona.
  • La Gaillarde, en Roquebrune-sur-Argens, Var.
  • Fréjus, Var.
  • Île Sainte-Marguerite, en Cannes, Alpes-Maritimes.
  • Antibes, Alpes-Maritimes.

ARGELIA (identificación dudosa)

  • Cerca de Cherchell.
  • Tipasa.
  • Le Figuer.

ITALIA

  • Isola Pianosa o Bagni di Agrippa, Toscana.
  • Isola Giglio o Bagno del Saraceno, en Grosseto, Toscana.
  • Santa Liberata, en Porto Santo Stefano, Grosseto.
  • Peschiera di Cosa, en Ansedonia, Grosseto.
  • Pian di Spille, en Tarquinia, Viterbo.
  • Torre Valdaliga, en Civitavecchia, Roma.
  • La Mattonara, en Civitavecchia, Roma.
  • Punta della Vipera, en Santa Marinella, Roma.
  • Fosso Guardiole, en Santa Marinella, Roma.
  • Villa Grottacce, en Santa Marinella, Roma.
  • Pyrgi, en Santa Severa, Roma.
  • Torre Flavia, en Cerveteri, Roma.
  • Peschiera di Palo Laziale, en Ladispoli, Roma.
  • La Saracca, en Nettuno, Roma.
  • La Banca, en Nettuno, Roma.
  • Torre Astura, en Nettuno, Roma.
  • Lago di Paola, en Monte Circeo de Sabaudia, Latina.
  • Sperlonga, Latina.
  • Formia, Latina.
  • Scauri, en Formia, Latina.
  • Grotte di Pilato, en Ponza, Isole Pontine.
  • Peschiera di Zannone, en Zannone, Isole Pontine.
  • Ventotene, Isole Pontine.
  • Peschiere di Lucullo, en Miseno, Napoli.
  • Baia, en Bacoli, Napoli.
  • Bagni Salvatore, en Sorrento, Napoli.
  • Sant'Irene, en Scoglio della Galera, Briatico.
  • Scalaccia, en Ancona, Marche.

Panorámica aérea parcial de la piscifactoría de Torre Astura, una de las más sofisticadas del Mediterráneo y construida en opus caementicium, con dimensiones aproximadas de 150 x 120 m (unos 20.000 m²) y subdividida en varias tanques. Aunque no sea vea en la foto, se conserva el acueducto que le aportaba agua dulce (imagen de https://altamarealatina.com/wp-content/uploads/2021/01/torre-astura-pagina-pres.png)
TÚNEZ

  • Sidi Mansour, en Monastir.
  • Maamoura, en Beni Khiar.
  • Sidi Daoud.

ESLOVENIA

  • Ankarano, en Ankarano.
  • Fisine, en Portorose.

CROACIA

  • Katoro, en Umag
  • Kupanja, en Vabriga.
  • Brijuni, en Pula.
  • Svršata, en Sali.

GRECIA

  • Chersónissos, en Heraklion, Creta.
  • Mojlos, en Sitía, Lasithi, Creta.
  • Sitía, en Lasithi, Creta.
  • Yerápetra, Creta.
  • Matala, en Timpaki, Creta.
Piscifactoría de Yerápetra, con un tanque de 5 x 5 m y excavado en la roca a mucha profundidad; solamente desde la mayor altura hasta el nivel del agua hay tres metros de diferencia (imagen de https://www.cretanbeaches.com/images/stories/history/archaeology/roman/vothoni/DSC_0058.JPG)
 
TURQUÍA
  • Antalya, en Muratpaşa/Antalya.

CHIPRE

  • Lambousa, en Lapta.
Piscifactoría de Lambousa, de grandes dimensiones y donde se aprecia uno de los canales de entrada o salida de agua (imagen de https://dynamic-media-cdn.tripadvisor.com/media/photo-o/11/a3/fd/90/alsancak-karavas.jpg?w=1200&h=-1&s=1)
 
LÍBANO
  • Byblos.
  • Norte de Tyro.
  • Sur de Tyro.

ISRAEL

  • Tel Shikmona, en Haifa.
  • Dor, en Nahsholim.
  • Caesarea, en Sdot Yam.

LIBIA (identificación dudosa y confusión con cetariae para garum).

Mapa del Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) con la distribución de piscifactorías romanas por el Mediterráneo (imagen de https://www.marqalicante.com/contenido/genericas/viveros.jpg)

En el caso particular de la Península Ibérica tenemos hasta 5 ejemplos conservados, la mayoría de ellos en la provincia de Alicante bajo el topónimo de “Baños de la Reina”[7]:

  • Yacimiento de la playa de La Albufereta: asociada a Lucentum, encontramos una villa romana con su propio vivero tallado en la roca, de 9 x 7 m, con dos compuertas de aporte al sur y dos canales laterales oeste-este de extracción.
Vista actual de la piscifactoría de La Albufereta, directamente excavada en la roca (imagen de https://veronicalopezlopez.files.wordpress.com/2016/04/vivero-romano.jpg)
Vista cenital de la piscifactoría, donde se aprecian perfectamente los canales de entrada y salida del agua marina, así como los trabajos de cantería para extracción de sillares (imagen de https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/fbead627-15ca-4873-a10d-3e4e65cd9d90_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)

  • Yacimiento de El Campello en la Illeta dels Banyets[8]: este lugar es de suma importancia por la larguísima ocupación humana del lugar, desde la Edad del Bronce, y mayormente con restos íberos y romanos, siendo a estos últimos a quienes se atribuyen las piscifactorías que aquí se han conservado. En la parte suroriental de la isla (península desde 1943) tenemos cuatro piscinas rectangulares talladas en la roca, tres paralelas (dimensiones medias de 4,80 x 2,5 m) y una perpendicular (8,85 x 2,45 m), con profundidad entre 1,40 y 2 m, y canales de entrada y salida para regular el caudal. En particular se puede resaltar una tajadera que se ha conservado in situ, y que estaba tallada en roca. En la parte noroccidental de la isla, a unos 70 m de distancia, localizamos otras dos piscina rectangulares independientes (una de 6,38 x 2,70 m y otra de 4 x 2,30 m), pero en un peor estado de conservación como consecuencia de una aguda degradación, especialmente desde 2011 en adelante, quizás como consecuencia de una sucesión de tempestades.
Vista parcial de las cuatro piscinas en el extremo sur-oriental de la isla, donde se observa la comunicación entre cada una y el estado de degradación (imagen de https://i.pinimg.com/originals/50/b8/7a/50b87a24b032967e89565783f89cbe13.jpg)

Infografía de reconstrucción de los viveros de El Campello (imagen de https://www.marqalicante.com/contenido/genericas/campello%20vivero%20-%2050.jpg)

Proceso de degradación de las piscinas nor-occidentales de El Campello (imagen de https://www.marqalicante.com/contenido/genericas/reciente%203-7-13%20-%2050.jpg)

  • Yacimiento de Calpe: en la cala del Morelló encontramos una gran piscina de 165 m² (19,75 x 8,50 m) dividida a su vez en seis compartimentos, donde nuevamente se aprecian dos canales en diagonal de acceso y salida de agua. Este lugar en particular es uno de los favoritos de los turistas para darse un baño, sin ser conscientes ni valorar que su uso lúdico degrada los restos arqueológicos. Como particularidad, al lado de la piscina se encuentran los restos de lo que ha sido identificado como una villa romana, que contaba con unos depósitos para el procesamiento del pescado; tristemente este yacimiento se encuentra muy descuidado y abandonado, pues solo se ha excavado un 25% de la superficie del recinto.
Vista actual de los restos de la piscifactoría de Calpe, en la que se aprecian los seis compartimentos cuando el agua no está enturbiada por los bañistas (imagen de https://offloadmedia.feverup.com/valenciasecreta.com/wp-content/uploads/2020/07/19135621/piscifactoria-calpe-2.jpg)
Grabado (1795) de Cavanilles donde se muestran mejor los canales de entrada y salida de agua (Biblioteca Digital Hispánica, imagen de Caballero Rubio, 2023, 119)
 
  • Yacimiento de Punta de l'Arenal, en Jávea: restos ubicados en la conocida como “cala del ministro”; el terreno fue propiedad de Mariano Navarro Rubio desde 1959, ministro de Hacienda de la dictadura franquista (1957-65). Esta piscifactoría constaba de una balsa rectangular (28 x 7 m) tallada en la piedra a gran profundidad, y rodeada por receptáculos de 50 x 25 cm; el espacio más interno de la piscina ha sido modificado para crear una plataforma elevada y una bóveda que facilita el acceso al chalet de los propietarios, lo que conllevó la destrucción de buena parte de los restos terrestres. Contaba con un canal de aporte en dirección noreste (perpendicular al oleaje) y un canal de extracción en dirección nornoreste (oblicuo al oleaje).
Vista interior de la piscina en dirección al canal de aporte en mayo de 2021 (imagen de Caballero Rubio, 2023, 122)
 
Planimetría de la piscifactoría de Punta de l'Arenal (imagen de Caballero Rubio, 2023, 121)
 
  • Yacimiento de Cabo Trafalgar: Hace relativamente poco tiempo (3 de marzo de 2018) un temporal en las costas gaditanas del municipio de Barbate ha dejado al descubierto la que podría ser una nueva piscifactoría romana, a los pies del promontorio donde se alza el actual faro[9]. Tendría una superficie de unos 100 m² (25 x 8,5 m), y muestra sillares labrados en piedra arenisca en dos de sus lados, mientras que los otros dos están tallados en la roca. De momento los arqueólogos aseguran que este vivero sería complementario a las pilas de salazón de la parte alta de Trafalgar, y que contaba con una estructura de columnas para sostener una techumbre de madera que daría sombra a los peces. Existe debate académico sobre su uso, planteándose que en realidad solo era una trampa para peces y no un vivero, pero de confirmarse esta segunda opción, sería el primero que se documenta regado por el océano Atlántico, es decir, con un oleaje mucho mayor.
Vista de uno de los muros de la piscifactoría de Trafalgar (imagen de Antonio Aragón en https://www.canalpatrimonio.com/wp-content/uploads/2018/03/CanalPatrimonio_piscifactoria_romana_Trafalgar_2.jpg)
Vista cenital de la piscina, donde se aprecian mejor los muros de sillería y los muros tallados en la roca, así como el contorno general y, levemente, los canales de aporte y extracción (imagen de Bernal-Casasola et alii., 2022, 305)
 

Fuentes:

Cicerón: Pro Murena.

Claudio Eliano: De la naturaleza de los animales.

Columela: De re rustica.

Plinio el Viejo: Historia Natural.

Séneca el Joven: Epístolas morales a Lucilio.

Varrón: De las cosas del campo.

Bibliografía:

Bernal-Casasola, D. et alii. (2011): “De la acuicultura en «Baetica». A propósito de la posible «piscina»-vivero del yacimiento haliéutico del Cabo Trafalgar, (Cádiz)”, Zephyrus, 67, 145-160.

(2022): “Ostras, mejillones y la piscina loculata de la villa marítima del Cabo Trafalgar (Barbate). Nuevos desafíos”, Cuadernos de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid (CUPAUAM), 48(1), 289-321. 

(2015): "Viveros y yacimientos haliéuticos. Importancia y fragilidad del patrimonio pesquero-conservero hispanorromano", en Olcina, M. y Pérez, R. (eds.), La Illeta dels Banyets y los viveros romanos de la costa mediterránea española. Cuestión de conservación, Alicante, MARQ, 16-41.

Caballero Rubio, F. J. (2023): “Análisis de las piscifactorías romanas de la provincia de Alicante y elementos asociados. Propuestas para su conservación y puesta en valor turístico [Tesis doctoral], Universidad Politécnica de Valencia[10].

Donati, A. y Pasini, P. (1996): Pesca e pescatori nell'Antichità, Milano, Leonardo Arte.

Giacopini, L. et alii. (1994): L'Itticoltura nell'Antichità, Roma, IGER. 

Lafon, X. (1998): "Piscinae et pisciculture dan le bassin occidental de la Méditerranée", JRA, 11, 573-581.

Rustico, L. (1999): "Peschiere romane", Mélanges de l´école française de Rome. Antiquité, 111(1), 51-66.



[1] En realidad, las referencias más antiguas a la acuicultura se remontan al 3500 a.C.

[2] (…) quam vivaria piscium in hoc clausa ut tempestatum periculum non adiret gula et quamvis acerrime pelago saeviente haberet luxuria portus suos in quibus distinctos piscium greges saginaret.

[3] Parecidos a los besugos.

[4] Tras su muerte, los peces de sus viveros se vendieron por 40.000 sestercios.

[5] Según Plinio (NH, IX, 172), el orador Hortensio lloró cuando murió la querida morena que cuidaba en su estanque cerca de Bayas, episodio que también se atribuye a Craso (Ael. NA, VIII, 4).

[6] Curioso que no se nos especifiquen los efectos de introducir especies de agua salada en lagos de agua dulce.

[7] El origen de este término es estrictamente medieval, pues, como era habitual en esa época, la lógica popular atribuía a la cultura islámica la creación de algo que no alcanzaba a comprender. Para ser más concreto, los lugareños creían que en esta piscina se bañaba una reina mora.

[8] Isleta de los Baños.

[9] En realidad, desde 2010 ya se tenían indicios de su existencia, como atestigua una publicación de la revista Zephyrus, en la Universidad de Salamanca.

PRIMVS INTER PARES

In corpore sano

Artículo en proceso de redacción.    

POPVLARES