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Honor antes que amor

 

Antes de la existencia histórica de Roma, en la Península Itálica, y en paralelo con los mitos de fundación de las colonizaciones griegas, surgió la leyenda de Alba Longa, localizada en los Montes Albanos, cuya verdadera importancia radica en ser la ciudad fundadora y dirigente de la Liga Latina (confederación de unas 30 tribus y aldeas del Lacio para su mutua defensa). De hecho, Alba Longa logró crear cierta unidad religiosa para los miembros de la liga al erigir en dichos montes un santuario de peregrinaje, el templo de Júpiter Latiaris, reuniéndose los miembros en las Feriae Latinae para sacrificar al dios un toro blanco.

De acuerdo con esa leyenda, la ciudad fue fundada por Ascanio/Iulus, hijo de Eneas, que junto con su padre y abuelo Anquises huyeron de la destrucción de Troya, hacia el 1184 a.C. (según cómputo de Eratóstenes), convirtiéndose Ascanio en el primer rey de Alba Longa; sus tres descendientes más famosos fueron Procas y sus hijos Numitor y Amulio, nexo directo entre Eneas y Rómulo, fundador de Roma (según Dionisio de Halicarnaso). Numitor fue destronado por su hermano Amulio, quien, para asegurarse el poder, asesinó a todos los hijos varones de su hermano, y a su hija Rea Silvia la hizo sacerdotisa para preservarla virgen. Como es conocido, el dios Marte violó a Rea, y de ella nacerían Rómulo y Remo; enfurecido, Amulio metió en una canasta a los niños y los arrojó al Tíber, hasta que ésta quedó varada en la orilla, permitiendo a una loba amamantarlos, para luego ser criados por los pastores Fáustulo y Aca Larentia. Una vez adultos, los gemelos regresaron a Alba Longa, asesinaron a Amulio y repusieron en el trono a su abuelo Numitor; en agradecimiento, se les entregó unos territorios al noroeste, donde fundarían Roma. Así, y de manera irónica en la leyenda, Alba Longa fue la que permitió la creación de su futura destructora.

Hacia mediados del siglo VII a.C., supuestamente en tiempos del rey Tulio Hostilio, Alba Longa fue destruida por los romanos, tomando así la preferencia en la Liga Latina (como quedó establecido en el Foedus Cassianum), una organización administrativa que perduraría hasta el 338 a.C., con la derrota de los volscos y los últimos latinos reticentes al dominio romano en la batalla naval de Antium (cuando Roma tomó las proas de las naves enemigas para decorar la tribuna de oradores).

Según el famoso relato, Alba Longa cayó después de que ambos contendientes decidiesen poner fin a la lucha con un combate singular que enfrentaría a guerreros ilustres de dos familias, los Horacios de Roma y los Curiacios de Alba, con tres hermanos en combate por cada familia. En este combate, los tres Curiacios mataron a dos Horacios, quedando solo un luchador romano; pero éste, el más joven de los hermanos, corrió alrededor de sus enemigos, agotándolos y matándolos uno a uno hasta acabar con todos. La gesta fue épica, pero a la vez trágica, pues ambas familias tenían nexos familiares: las mujeres Horacias (como Camila) eran esposas o prometidas de estos hermanos Curiacios, y viceversa; de hecho el joven Horacio estaba casado con Sabina de Alba, hermana de sus enemigos. 

 

Fresco (1612-1613). Detalle central de "La batalla entre Horacios y Curiacios, de Giuseppe Cesari, el caballero de Arpino. Palacio de los Conservadores de los Museos Capitolinos, Roma (imagen propia)

De regreso a Roma, recibió los elogios de todos sus conciudadanos, pero su hermana Camila le reprochó entre lágrimas la muerte de su esposo, ante lo cual, sin refrenarse, provocó que Horacio matase en el acto a su hermana, a la vista de todos, bajo la acusación de falta de patriotismo. El suceso no podía ser más trágico, pues por tal fratricidio Horacio fue llevado a juicio; pero tras un arduo proceso en el que su padre hizo una encendida defensa del honor frente al amor, su hijo fue declarado inocente.

 

Dibujo (1781), 27,5 x 38,7 cm. "Horacio da muerte a su hermana Camila", de Jacques-Louis David. Conservado en el Albertina Museum de Viena (imagen de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/6b/Horatius_toetet_seine_Schwester_Camilla-1781.jpg)

El famoso cuadro neoclásico de 1784 de Jacques-Louis David, "El juramento de los Horacios", recrea en tres escenas o actos (marcados por los tres arcos del fondo) la escena inmortal: 

  1. En la primera escena, la declaración de guerra de los tres hermanos Horacios. 
  2. En la segunda escena, el juramento de fidelidad a Roma que toma el padre a sus hijos sobre las espadas que usarán. 
  3. En la tercera escena, la desesperación de las mujeres Horacias, llorando en su privacidad (pues la pintura neoclásica también diferencia el espacio masculino y público del espacio femenino y doméstico).

El artista quería emular la verdadera moraleja de esta leyenda romana, el cumplimiento del deber por encima de cualquier sentimiento personal. Destaca en el cuadro que, a la derecha, los dos hijos de Sabina que atiende una anciana criada muestran también la división entre lo masculino y femenino, pues la niña pequeña se cubre el rostro ante lo trágico de la escena, mientras que el hijo mayor se niega a apartar la mirada, comprometido desde la infancia con el deber romano a la patria.

 

Óleo sobre lienzo (1784), 330 x 425 cm. "El Juramento de los Horacios", de Jacques-Louis David, conservado en el Museo del Louvre, París. Aunque en este caso tratamos la copia de Anne-Louis Girodet de Roussy-Trioson, realizada en 1786 (imagen de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/70/Jacques-Louis_David_-_Oath_of_the_Horatii_-_Google_Art_Project.jpg)

Los habitantes de Alba fueron trasladados al monte Celio de Roma, y su hogar nunca volvió a ser reconstruido, si bien la zona de los montes Albanos se llenó de residencias lujosas romanas, como la que allí tenía el emperador Domiciano. A pesar de las muchas excavaciones e investigaciones desde el siglo XVI, la localización de Alba Longa no es concluyente; ha sido relacionada con el convento de San Pablo en Palazzola, con Coste Caselle cerca de Marino, e incluso con Castel Gandolfo (levantado sobre la villa de Domiciano, y esta a su vez sobre la acrópolis de Alba, en teoría). Pero según las aldeas y viviendas encontradas, pertenecientes a la Edad del Hierro, parecen concluir que cuando Roma destruyó este lugar, éste todavía estaba en fase preurbana

 

Fuentes:

Aurelio Víctor: Sobre los hombres ilustres de Roma.

Dionisio de Halicarnaso: Antigüedades romanas.

Floro: Epítome de Tito Livio.

Plutarco: Vidas Paralelas.

Tito Livio: Historia de Roma desde su fundación.

Zonaras: Epítome de la Historia.

Bibliografía:

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Flickinger, R. C. (1921): “Livy I. 25. 9”, The Classical Journal, 16, 6, 369-370.

Fowler, W. W. (1913): “Passing under the Yoke”, The Classical Review, 27, 2, 48-51.

Fox, M. (1996): Roman Historical Myths. The Regal Period in Augustan Literature, Oxford, Clarendon Press.

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Koptev, A. (2005): “'Three Brothers' at the Head of Archaic Rome. The King and his 'Consuls'”, Historia. Zeitschrift für Alte Geschichte, 54, 4, 382-423.

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Solodow, J. B. (1979): “Livy and the Story of Horatius, 1.24-26”, Transactions of the American Philological Association (1974-), 109, 251-268.

Stewart, A. (2001): “David's 'Oath of the Horatii' and the Tyrannicides”,  The Burlington Magazine, 143, 1177, 212-219.

Urch, E. J. (1930): “The Legendary Case of Horatius”, The Classical Journal, 25, 6, 445-452.

Vásquez Gibson, P. V. (2013): “Los Horacios y los Curiacios. La pervivencia de una leyenda romana”, Revista Historias del Orbis Terrarum, Anejos de Estudios Clásicos, Medievales y Renacentistas, vol. 5, Santiago, 18-39.

Via Appia: Primera Milla

Desde Salve, Qvirites estamos encantados de sacar adelante esta publicación, la primera de muchas que, esperamos, ayude a los interesados a poder visitar rincones del mundo romano con una información profusa en detalles. No podríamos empezar mejor esta sección de los Itinerarios que hablando de la “reina de las vías” (regina viarum, según Stat. Silv., 2, 2), la Via Appia. ¿Cuántos de vosotros habéis pensado en visitar la más famosa de las vías (que no la más importante), o ya la recorristeis, y sin embargo hay muchas “piedras” y monumentos que no sois capaces de identificar?

En general, la mayoría de los visitantes viven una experiencia parcial, descubriendo las famosas catacumbas de San Calixto o San Sebastián, el mausoleo de Cecilia Metela y el contexto en general de la vía, que sin duda es más apacible y tranquilo que el centro histórico de Roma. Pero si algunos de vosotros queréis conocer con detalle todo lo que se puede descubrir a lo largo del recorrido, periódicamente iremos publicando toda la información.

Comenzamos hablando brevemente sobre la historia de la vía, para luego centrarnos en el recorrido de la Primera Milla.

Historia:

Su construcción se inició en el 312 a.C. obedeciendo a la necesidad de comunicar Roma con Capua, derivando su nombre del magistrado al cargo de la obra, el censor Apio Claudio Caecus. Con una anchura media de 14 pies romanos (unos 4,15 m) para permitir el paso de dos carros en ambos sentidos, estaba pavimentada durante buena parte del tramo extraurbano por grandes lastras de piedra basáltica de forma poligonal; a ambos lados de la calzada había una “acera” de tierra batida de un metro y medio de ancho. Por supuesto, contaba con estaciones de posta para el cambio de caballos (stationes) y locales para el descanso de los viajeros (mansiones), ubicados cada 7 o 9 millas en los tramos más frecuentados[1]. Hay que resaltar que, para la época, el proyecto resultó muy “moderno”, pues dejaba de lado los centros habitados mediante un sistema de circunvalaciones, a la par que superaba grandes dificultades naturales, como la zona pantanosa pontina.

El primer tramo hasta Terracina era una larguísima recta de 90 km, la cual contaba con un canal de bonificación en los últimos 28 km para alternar el viaje en barca o carro/caballo. Tras dejar Terracina, la via giraba hacia Fondi a través de los cañones de Itri, bajando después hacia Formia, Minturno y Sinuessa (Mondragone); desde allí continuaba hacia Casilinum[2] en el río Volturno, llegando finalmente a la antigua Capua (Santa María de Capua Vetere). La vía tenía una longitud total de 132 millas[3] (195 km) que se recorrían normalmente en 5/6 días. Con la expansión de Roma hacia el sur la vía Apia se prolongó varias veces: 

  1. Primero, tras la victoria del 268 a.C. hasta Benevento. 
  2. Luego, más allá de los Montes Apeninos hasta alcanzar Venosa y Tarento. 
  3. Finalmente en el s. II a.C. llegó hasta Brindisi, puerta de Oriente. 
El tramo desde Benevento hacia el sur fue transformado posteriormente y en el s. II d.C. Trajano la convirtió en una auténtica variante. Con la nueva Via Appia Traiana se podía ir desde Roma hasta Brindisi en 13/14 días recorriendo un total de 365 millas, unos 540 km.

 

Recorrido de la vía Apia hasta Brindisi, donde también se observa la variante creada por Trajano (imagen de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/20/Via_Appia_map.jpg)

Por supuesto, cuando la vía se acercaba a los centros urbanos quedaba flanqueada por grandes villas y, sobre todo, una enorme diversidad de tumbas y monumentos funerarios. Según la tradición romana, el cuerpo muerto no puede ser enterrado dentro de la ciudad; como consecuencia, las tumbas fueron construidas en las afueras.

Uno de los hechos más significativos acaecidos en la Vía Apia fue la crucifixión de más de 6000 esclavos a lo largo de 130 millas (unos 210 km), que no eran sino los supervivientes de la revuelta liderada por Espartaco desde el 73 a.C.; este acto terrible pretendía servir como ejemplo y escarnio para todos aquellos que osasen hacer frente al poder de la República.

La Primera Milla: transcurre aproximadamente entre la Puerta Capena y la Puerta de San Sebastián, por lo que hablamos del tramo urbano de la vía:

  • La Puerta Capena[4] (situada cerca del Circo Máximo) marca el límite de la Roma monárquica y del antiguo pomerium, desde la que salían la Via Appia y la Via Latina en dirección a Capua[5]; esta puerta fue destruida por Caracalla. En un muro ruinoso (que no tiene nada que ver con la Puerta Capena), situado en Piazza di Porta Capena, hay una placa que indica el comienzo de la primera milla (la primera parte de la carretera ahora es parte de la caminata arqueológica).

El mencionado muro con la placa (imagen de https://www.camminappia.it/getImage.php?id=446)

  • A la izquierda, en las laderas del Celio (caminando en dirección sureste por Viale delle Terme di Caracalla), se encuentra la Iglesia de Santa Maria in Tempulo (en la paralela vía di Valle delle Camene). La Iglesia fue construida en el siglo VI, como parte de un monasterio de monjas benedictinas hasta el siglo XII, época a la que pertenece el campanario que se ha conservado. Luego fue incorporada a una casa de campo, para después convertirse en un ninfeo de Villa Mattei, un granero y un estudio para escultores. Todavía hoy se celebran aquí matrimonios civiles.

Fachada principal de la iglesia (imagen de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/41/Roma_Santa_Maria_in_Tempulo.JPG)

  • En el lado opuesto de la carretera está la entrada a las Termas de Caracalla o Antoninianas. El complejo lo inició el emperador Septimio Severo, pero fue terminado por su hijo Caracalla entre 212-217. Estas termas se suministraban con el Aqua Antoniniana, que cruzaba la vía Apia en el Arco de Druso, y en ellas se podían acomodar unas 1500 personas. Contaba con dos áreas simétricas donde se ubicaban una natatio (piscina) en el centro, además del caldarium, el tepidarium y el frigidarium, gimnasios, una basílica y un mithraeum, el más grande encontrado en Roma. Habiendo sido expoliados restos de mármol, estatuas y columnas, aún pueden ser admiradas por su grandeza.

Vista aérea general del complejo termal de Caracalla (imagen de https://auladehistoria.org/wp-content/uploads/2018/09/termas_de_caracalla.jpg)

  • Frente a la entrada de las termas se encuentra la Basílica de los Santos Nereo y Aquiles, una iglesia inicialmente dedicada a San Pedro mártir y construida en el siglo IV. Según la tradición, después de huir de la cárcel Mamertina, el apóstol Pedro perdió en este lugar las vendas que cubrían las heridas de sus pies (producidas por el cepo de la prisión); de ahí derivó el título de la iglesia original (ad fascicolas, de faciole o vendas)[6]. La iglesia fue remodelada en el siglo XI, cuando las reliquias de los santos Nereo y Aquiles fueron trasladadas aquí desde las catacumbas de Santa Domitila; en los siglos XV-XVI se hicieron restauraciones, dándole su aspecto actual. Externamente es simple, con pinturas que crean la ilusión de pilastras, nichos y ventanas, y un tímpano apoyado en dos columnas de granito. Dentro hay un ciclo de frescos del siglo XVI; sobre los pilares de la nave central están las escenas de los dos santos y Domitila[7]. Encima de las columnas hay ángeles con corona y palma del martirio. En la parte inferior del ábside está representado San Gregorio Magno, que pronuncia la homilía en la tumba de los Santos mártires en la Catacumba de Domitila. En la parte superior, en cambio, los mártires y otros están alrededor de la Cruz. En el arco del ábside está la Transfiguración, la Anunciación y la Divina Maternidad; pero también hay muchos elementos medievales, como los mármoles polícromos, el mosaico del ábside y las columnas de ladrillo. La basílica tiene tres naves divididas por columnas de ladrillo octogonales. Los pasillos laterales están decorados con altares y lienzos pintados. El altar principal está cubierto por un dosel apoyado por 4 columnas en mármol africano. La silla de mármol episcopal que descansa sobre dos leones es de estilo gótico.

Fachada principal de la basílica (imagen de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/63/21_caracalla_ss_nereo_3_000213.jpg)

  • En el lado opuesto surge la Basílica de San Sixto Viejo. Su núcleo original se remonta al siglo IV, tal vez financiada por la matrona Crescentiana, de la cual conservaba el título “Crescentianae”; en el siglo VI los restos del papa Sixto II fueron trasladados aquí desde las Catacumbas de San Calixto, y es a él a quien está dedicada la basílica. El campanario románico con tres órdenes de ventanas y tres luces data del siglo XIII, reconstruido por Filipp Raguzzini según el dictado del papa Benedicto XIII en el siglo XVIII. La fachada es del siglo XVIII, con una puerta coronada por un tímpano triangular con dragones en las esquinas. En el siglo XIX, el monasterio fue confiscado por el Estado y convertido en un almacén para el envío de los carros fúnebres. En 1893 las monjas regresaron y fundaron una escuela privada aquí. El interior, originalmente con tres naves, es hoy una sola nave adornada con muchos estucos. También hay un claustro cuadrangular con frescos.

Vista parcial de la fachada y el campanario románico de la basílica (imagen de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/9/9d/Zichtbaar_4.jpg/1280px-Zichtbaar_4.jpg)

  • En la Piazzale Numa Pompilio se encuentra un edículo de origen medieval (siglos XI-XII), similar a la base de una torre y con tres nichos, pero que fue levantado sobre un edículo para los Lares Compitales, protectores de los viajeros y las encrucijadas. Después de esta plaza, la vía Apia continuaba por la actual Via di Porta San Sebastiano, justo donde se dividía con via Latina. Más allá de los últimos muros de las Termas de Caracalla, Roma es una sucesión de grandes jardines y casas señoriales que forman el exclusivo Parque de los Escipiones. En época romana ya había tumbas, mausoleos y columbarios[8] alrededor, flanqueados por elegantes villas, pero durante la Edad Media el espacio fue ocupado por viñas, huertos y edificios de asistencia religiosa para los peregrinos.

Vista sureste del edículo medieval (imagen de https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipuLc9sZf04GThKq3vkj3w7OvhWXcnDuc0Pt2LCk-ebHOeynaslN_OoNt-VHdrxIfjUOCbtFofZiruDJJjMGxqP5Gm46XFUH_kmUeXNHNRGv9Q3mnklUCEV0ZPy2B2m17-7HWMO5NMdak0/s1600/Edicola+Piazzale+Numa+Pompilio.JPG)

  • A la izquierda de la vía, en el nº 7, llegamos al Casale Pallavicini, dentro del cual está el Oratorio dei 7 Dormienti. Desde el siglo XI-XII este oratorio ocupó el primer piso de una casa romana de dos plantas del siglo II. Alberga en su interior frescos que ilustran la leyenda oriental de siete jóvenes que fueron emparedados vivos en una cueva de Éfeso durante las persecuciones del emperador Decio (s. III) contra los cristianos, y que fueron encontrados aún vivos y adormecidos en la apertura de la cueva después de dos siglos. Estos frescos medievales salieron a la luz durante la limpieza de una bodega que se usaba para almacenar queso; también hay una tumba del siglo I que pertenecía a la familia de un liberto de los Julio-Claudios.
  • Al otro lado de la vía está la iglesia de San Cesareo de Appia, también llamada San Cesareo en Palatio. Esta iglesia del siglo VIII está construida sobre unas termas romanas  del siglo II (tal vez las edificadas por Cómodo), habiéndose encontrado un suelo con mosaico en blanco y negro y representaciones de tritones y animales marinos; en el siglo XIV dio cobijo a los peregrinos que entraban a la ciudad desde Porta San Sebastiano. Fue restaurada por el Cavalier d'Arpino en el siglo XVI.  La fachada tiene un pequeño pórtico apoyado en la puerta principal (protiro) y sostenido por dos columnas de granito. El Cavalier d'Arpino ejecutó frescos en el ático representando la vida de San Cesareo, e hizo cartones para los mosaicos del ábside y el exterior del arco triunfal de la única nave de la iglesia. En el ábside, un mosaico representa a Dios entre los Ángeles. Tanto el púlpito como las barreras del presbiterio, la cátedra y el altar pertenecían al crucero de la Basílica de San Juan de Letrán. En la decoración de casetones del techo aparece el escudo de armas de Clemente VIII entre las cabezas de querubines.

Vista general de la fachada de la iglesia (imagen de https://images.squarespace-cdn.com/content/v1/5ffdf40c8cf6ca34765dee5b/1610626612413-UICBBUWVEMJJH3VHZXCR/prova+qst.jpg)

  • Manteniéndonos en el mismo lado de la vía encontramos una villa renacentista suburbana, una de las más antiguas de su periodo, la Casina del Cardenal Bessarione (nº 8). Esta área había sido ocupada por dos sepulcros de los siglos I-II, conservándose de ellos sus pavimentos de mosaico, pero en la Edad Media fue reutilizada como albergue hospitalario dirigido por frailes y monjas. En el siglo XV pasaría a convertirse en residencia de verano de los obispos de Tusculum; entre estos obispos estaba el también cardenal Giovanni Bessarione. Esta vivienda constaba de tres pisos, con un sótano para el servicio, una planta noble con una logia a la que se accedía por escaleras, y un segundo piso con las habitaciones del cardenal (seis habitaciones y una chimenea en cada planta). Las ventanas tenían forma de cruz güelfa. A comienzos de 1900 el edificio se convirtió en una posada; tras ser expropiado por el Estado, ahora está amueblado con decoración renacentista.

Vista de la casina desde el jardín interior. Se aprecia en el muro de la izquierda la entrada desde la vía (imagen de https://dynamic-media-cdn.tripadvisor.com/media/photo-o/05/c7/6e/e9/casina-cbessarione-veduta.jpg?w=1200&h=-1&s=1)

  • Más adelante (nº 9) llegamos al famoso Sepulcro de los Escipiones[9] (Sepulcrum Scipionum), tumba colectiva de esta famosa familia patricia de época republicana, utilizada entre los siglos III a.C. y I d.C. Después fue abandonada y su localización se perdió en el olvido durante cientos de años; la tumba fue redescubierta dos veces, la primera en 1616 y la última en 1780, durante las obras de construcción de un sótano en la vivienda privada de los Sacchi (dos hermanos sacerdotes), y adquirida por la ciudad en 1880 (aunque fue en el Vaticano donde terminaron los restos funerarios). Las excavaciones previas habían destruido parte de la tumba en el afán de saquear tesoros, así que en 1926 fue restaurada. La fundación del sepulcro excavado en toba se remonta a Lucio Cornelio Escipión Barbato, cónsul del 298 a.C., cuyo sarcófago (el único intacto) ocupaba el puesto de honor[10]. Según nos informa Cicerón, el sepulcro ya estaba lleno en el siglo II a.C., incluyéndose los restos del poeta Ennio; en cambio, los miembros más famosos de la familia no reposaron aquí (el Africano, el Asiático o el Hispano), sino que habrían sido inhumados en la villa de Liternum (según Livio y Séneca). La decoración se atribuye a Escipión Emiliano como ejemplo de helenización y conversión en museo de la propia familia para recordar las gestas de sus miembros. Su último uso fue en época Claudio-Neroniana para enterrar a la hija y al nieto de Cneo Cornelio Léntulo Getúlico; en el siglo III fue destruido para dar paso a otros edificios. El monumento se divide en dos partes: 
    • El complejo principal (cavado en una repisa de roca caliza porosa). 
    • Una arcada de ladrillo con una entrada separada.

La habitación central está dividida en cuatro grandes pilares, con cuatro arcadas a los lados y dos galerías centrales que se cruzan perpendicularmente, consiguiendo una apariencia de rejilla. La fachada principal está orientada al noreste, aunque sólo ha sobrevivido una pequeña parte en la zona de la derecha, con algunos restos de pinturas en la pared. Se edificó en lo alto de un podio bordeada por varias cornisas, en las cuales se crearon tres arcos hechos de sillares de toba proveniente del río Aniene: uno daba a la entrada del hipogeo (central) y otro a la nueva habitación (mano derecha), mientras que la tercera (izquierda) no daba a ningún lado y tenía un función puramente ornamental (a menos que se previese crear otra habitación más en ese lado). Esta base estaba cubierta casi en su totalidad por frescos, de los que sólo se conservan pequeñas piezas, mostrando tres motivos: las dos más antiguas (de mitad del siglo II a.C.) muestran escenas históricas (pueden reconocerse algunas figuras de soldados), mientras que la tercera, la más reciente, tiene una decoración sencilla de color rojo con olas estilizadas (siglo I d.C.).

Planta del complejo excavado en la roca. Se identifican con números la antigua entrada (1), un horno medieval de cal (2), la nueva entrada principal con vistas a la vía Apia (3) y la entrada lateral a la nueva ala (4). Las letras marcan los lugares de enterramiento (imagen de https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Escipiones#/media/Archivo:Sepolcro_degli_scipioni_PIANTA.jpg)

Más espectacular era la parte superior de la fachada, con una vista tripartita, semicolumnas y tres nichos en los cuales (de acuerdo a Livio) se situaban las estatuas de Escipión el Africano, su hermano Escipión el Asiático y el poeta Ennio[11], autor del poema Escipión.

Reconstrucción de la fachada principal del sepulcro propuesta por Filippo Coarelli (imagen de https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Escipiones#/media/Archivo:Sepolcro_degli_scipioni_ALZATO.gif)

Las letras de la A a la I corresponden a los sarcófagos con inscripciones. Actualmente la tumba está vacía a excepción de los facsímiles; los restos fueron desechados o enterrados de nuevo, mientras que los fragmentos de los sarcófagos fueron enviados al Vaticano. Los alrededor de 30 nichos corresponden al número de Escipiones que vivieron entre principios del siglo III y mediados del siglo II a.C., de acuerdo a Coarelli. Hay dos tipos de sarcófagos, por un lado los "monolíticos"[12] y "construidos" por el otro, al cual pertenecen la mayoría. Los nichos se mantienen donde estaban, pero las losas se han trasladado al Vaticano. El sarcófago monolítico de Barbato se encontraba al final del pasillo, en fila con lo que una vez pudo ser una ventana (ahora entrada principal). Los otros sarcófagos, de ambos tipos, se añadieron posteriormente, así como la excavación de más espacios y habitaciones para ellos.

A) El sarcófago de Escipión Barbato, cuenta con una copia en la tumba, hecho de peperino, fechado con relativa exactitud en el 280 a.C. Fue el único que tuvo una elaborada decoración de inspiración arquitectónica. Se concibió con forma de altar, molduras en la base y en la parte superior un friso dórico dentado, triglifos y metopas decoradas con diamantes rosas. La tapadera acaba con dos almohadas en cada extremo (pulvini) que de perfil se asemejan a las volutas jónicas. Esculpido sobre el flanco superior puede observarse un objeto cilíndrico en el que ambos extremos terminan con hojas de acanto. La gran finura artística de la pieza junto con la mezcla de estilos (dórico, jónico y corintio) deriva de los modelos de la Magna Grecia y es un extraordinario testimonio de la precoz apertura al helenismo en el círculo de los Escipiones. Sobre la tapadera está presente una inscripción con el patronímico del difunto (pintada), junto a otra más larga y tardía (esculpida), en versos saturnios. Para añadir esta última se eliminó una línea y media de la inscripción más antigua y esta intervención podría remontarse a la época de Escipión el Africano, a principios del siglo II a.C. Se trata de un extracto de laudatio funebris .

“Lucio Cornelio Escipión Barbado, hijo de Cneo, hombre fuerte y sabio, cuyo aspecto estuvo a la par en todo al valor, fue cónsul, censor, edil cerca de vosotros. Tomadas Taurasia y Cisauna en el Samnio, sometió a toda Lucania y se llevó rehenes”.

La mención de la forma del difunto, vitutei parisuma, recuerda a la motivación que llevó a los romanos a erigir en el Comitium, durante las guerras samnitas, las estatuas de Pitágoras y de Alcibíades por indicación del Oráculo de Delfos, confirmando la relación entre el entorno romano y el mundo de la Magna Grecia.

Inscripción de Barbato (imagen de https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Escipiones#/media/Archivo:Sepolcro_scipioni,_iscrizione_A,_scipione_barbato.gif)

B) El sarcófago del hijo de Barbato, Lucio Cornelio Escipión, cónsul en el año 259 a.C., se encuentra a mano izquierda en el pasillo central de la tumba paterna y es el segundo en antigüedad. El sarcófago es original, mientras que la inscripción es una copia. También en este caso el epitafio es doble: uno pintado sobre la tapadera que reproduce el nombre y los principales cargos del difunto; otro esculpido sobre la caja, como en el caso de Escipión Barbato, que reproduce, en versos saturnios, una parte de la oración fúnebre. Esta segunda inscripción se remonta probablemente justo después de la muerte del susodicho, (cerca del 230 a.C.) y es más antigua que la segunda inscripción realizada en el sarcófago de Barbato. La inscripción relata cómo el cónsul conquistó Córcega y la ciudad de Aleria y cómo fundó un templo dedicado a las Tempestades.

Inscripción de L. Cornelio Escipión (imagen de https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Escipiones#/media/Archivo:Sepolcro_scipioni,_iscrizione_B,_lucio_cornelio_scipione_console_nel_259_ac.gif)

C) La inscripción a Publio Cornelio Escipión que fue Flamen Dialis, hijo de Publio, es la tercera más antigua, situada en el último tramo del pasillo de la izquierda. Se supone que fue el hijo de Escipión el Africano, muerto en su juventud, como relata Cicerón. Pero tal atribución no se ha aceptado unánimemente por los pocos testimonios de que se dispone. La inscripción (una reproducción), cuenta cómo el difunto consiguió el cargo de Flamen Dialis, así como la brevedad de su vida.

Inscripción del flamen P. Cornelio Escipión (imagen de https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Escipiones#/media/Archivo:Sepolcro_scipioni,_iscrizione_C,_P._Cornelio_Scipione_Flamine_Diale.gif)

D) Los restos del sarcófago de Lucio Cornelio Escipión, hijo del Asiático, compuesto por losas de toba, se encuentra a mano izquierda de la entrada principal. La inscripción recuerda al difunto, que fue cuestor en el año 167 a. C. y tribuno militar; relata asimismo cómo su padre venció al rey Antíoco.

Inscripción de Lucio, hijo del Asiático (imagen de https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Escipiones#/media/Archivo:Sepolcro_scipioni,_iscrizione_D,_Lucio_Cornelio_Scipione_questore_nel_167_ac.gif)

E)  Los restos de un sarcófago formado por losas de toba, encajado en una cavidad de la pared, a mano izquierda del sarcófago de Escipión Barbato, ha sido identificado (gracias a la inscripción) como el de Cornelio Escipión Asiageno Comato, hijo del anterior Lucio. Según la inscripción murió a los 16 años, alrededor del 150 a.C. El apodo de Asiageno confirma la genealogía de la descendencia del Asiático. La posición del sepulcro, en un hueco excavado a bastante profundidad a partir de un pequeño espacio restante, demuestra que hacia la mitad del siglo II a.C. el lugar de sepultura ya estaba casi completo, siendo necesarias las primeras ampliaciones.

F)  Paulla Cornelia fue la mujer de Cneo Cornelio Escipión Hispalo, cónsul en el 176 a.C., hijo de Cneo Cornelio Escipión Calvo, y por lo tanto hermano de Publio Cornelio Escipión Nasica. Los restos de este sepulcro se encuentran detrás del sarcófago de Escipión Barbato, ampliando para tal fin el nicho. A pesar de que la posición pueda dar lugar a dudas, el sarcófago de Paulla es indudablemente más reciente que el de Barbato, estando el marco superior de este sepulcro apoyado sobre el sarcófago de Barbato: la fachada posterior del sarcófago de Barbato está pegada directamente a este sepulcro, en la parte inferior. Esto indica que a mitad del siglo II a.C. la tumba estaba casi al completo. El sarcófago está labrado en travertino y toba del Aniene. La inscripción sólo reproduce el nombre de la finada y su marido.

Inscripción de Paula Cornelia (imagen de https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Escipiones#/media/Archivo:Sepolcro_scipioni,_iscrizione_F,_Paulla_Cornelia.gif)

G) El siguiente sarcófago, por antigüedad, es del primer hijo de Hspalo, Lucio Cornelio Escipión, situado delante del sarcófago de Flamina Diale. Se realizó en piedra gabina. La inscripción (una reproducción), es particularmente larga y relata algunas cualidades del difunto, además de mencionar su corta edad: especifica que vivió veinte años y que no tuvo tiempo de alcanzar ningún cargo.

Inscripción de Lucio, hijo del Hispalo (imagen de https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Escipiones#/media/Archivo:Sepolcro_scipioni,_iscrizione_G,_Publio_Cornelio_Scipione_Ispallo.gif)

H) Cneo Cornelio Escipión Hispalo era el segundo hijo del Hispano y de Paula Cornelia. Su sarcófago, situado en el ala nueva, está fabricado en toba del Aniene. La inscripción (reproducción) es la única que ha sobrevivido completa y reproduce los cargos del difunto (pretor, edil curul, cuestor, tribuno militar en dos ocasiones y miembro del decenvirato) además de ensalzar la estirpe de los Escipiones. La inscripción está en pentámetro dactílico, una métrica introducida en Roma desde Grecia en el siglo II a.C. por el poeta Ennio. El Hispano murió hacia el año 139 a.C. y por ello puede datarse la ampliación del sepulcro entre el 150 y el 135 a.C., probablemente al mismo tiempo que la remodelación de la fachada en la que se creó un arco para el acceso a esta segunda ala.

Inscripción de Cn. Cornelio Escipión Hispalo (imagen de https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Escipiones#/media/Archivo:Sepolcro_scipioni,_iscrizione_H,_Gneo_Cornelio_Scipione_Ispano.gif)

I)   La última inscripción hallada se encuentra en el ala "nueva" y está incompleta; sólo se lee el nombre Scipionem. El sarcófago es de toba del Aniene.

La visita a este complejo también incluye el descenso a un columbario del cual no se conoce ni la época de la construcción, ni los nombres de los difuntos, ni el gremio funerario que lo atendió. Se conserva en excelentes condiciones, evidenciándose todavía las pinturas vegetales entre los nichos y las placas, en cada piso de un color diferente, que deberían contener el nombre del difunto. El pilar central que sostiene el techo también contenía los aceites para las lucernas. También en el mismo lugar se encontraron 12 metros de catacumbas, sin saberse con certeza si eran cristianas o judías[13].

  • Otro entierro importante en el Parco degli Scipioni es el Columbario de Pomponio Hylas[14], un liberto que vivió en la época Flavia. Aquí se encontraron las cenizas y su nombre en un panel de mosaico de pasta vítrea con un marco de conchas, junto con el de su esposa Pomponia Vitali. Pomponia aún estaba viva cuando se hizo este mosaico para la pared, un detalle deducido por la presencia de una V (vivit) en la escritura; aunque hay que tener presente que el columbario en sí data del 14-54 d.C., y solo después fue comprado por los cónyuges. Una escalera empinada conducía a la pequeña bóveda subterránea rectangular, decorada con sarmientos, figuras femeninas aladas y pájaros. Los fundadores de la tumba probablemente fueron Granius Nestor y Vinileia Pedone, cuyos nombres están escritos sobre una mesa de mármol bajo su representación en un nicho. A lo largo de todas las paredes hay nichos que contenían urnas cinerarias. El columbario de ladrillo representa escenas y personajes del más allá pagano o relacionados con el culto y los misterios de Orfeo. Fue descubierto en 1831 por Pietro Campana; debajo del suelo apareció un sarcófago con el cuerpo de una mujer perfectamente conservada, que sin embargo se convirtió en polvo una vez entró en contacto con el aire. Las cenizas de Pomponio y su esposa fueron robadas en la Edad Media y desde entonces están en la catedral de Ravello.

Vista del ábside principal en el columbario (imagen de https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxHxJ-KRWPvLzJbRz1zuaDVD0Ep1L4L4PCI_h3eTc5fLqekgMLgBi2nDxCM46n6Xy45bvFHI141L2g1kg0EbLsBHp1p71bz4mXHUZfaxK34Kd7KMuFwKIUjuquJkCE_23y1EujNoO-csYJ/s1600/Imagen1.jpg)

  • Columbario de Vigna Condini[15]: Las últimas tumbas de esta área son tres columbarios que portan el nombre del dueño de la tierra donde fueron descubiertos en 1840. Se trata de sepulturas comunitarias que se remontan a los tiempos de Augusto y Tiberio, perdurando su uso hasta el siglo II. 
    • En el primer columbario (subterráneo, cuadrangular y de ladrillo con un pilar central que sostiene la bóveda) se pueden contar 500 nichos arqueados, algunos con el nombre del difunto (en el pilar se representan escenas dionisíacas). 
    • El segundo columbario es más pequeño, con 300 nichos y paredes parcialmente decoradas con estucos. El suelo con intersecciones de mármol muestra la dedicatoria de dos miembros del collegium funerario encargado de la restauración. 
    • El tercer columbario tiene forma de U, y es el más grande y mejor conservado; aquí los nichos son más grandes y podían contener urnas de mármol y bustos. También cuenta con una advertencia para quienes visitaban el lugar: Ne tangito, o mortales, revere Mane deos[16].

Detalle en la decoración de algunos nichos (imagen de https://i.pinimg.com/originals/4a/a7/72/4aa7724ed0c30f6f06b0258db09ca4a4.jpg)

  • Llegando a la Muralla Aureliana antes se alcanza el llamado Arco de Druso; a menudo se piensa que es un arco de triunfo, pero en realidad no es más que una parte del acueducto Antoniniano para suministrar agua a las Termas de Caracalla (si bien el nombre se atribuye por otro posible arco triunfal del siglo I, hoy perdido). El arco fue construido en el siglo III y se encuentra casi detrás de la Porta San Sebastiano. De hecho, en el siglo V el emperador Honorio lo convirtió en contrapuerta de la muralla, uniéndolo con dos muros hoy desaparecidos, funcionando así como un patio defensivo. El Arco de Druso fue descubierto durante las excavaciones de 1931. Su aspecto monumental (con mármol y columnas de capiteles compuestos, arquitrabe y tímpano) se debe al hecho de que por debajo de él pasaba la vía Apia.

Vista del arco desde la puerta de San Sebastián (imagen de https://i.pinimg.com/originals/35/77/ab/3577abdf9198b803d58b72972ffae4d9.jpg)

  • Finalmente se alcanza el límite urbano de Roma en la antigua Porta Appia, aunque hoy recibe el nombre de Porta San Sebastiano, la más grande y de las mejor conservadas en el perímetro de las Murallas Aurelianas. En el Medievo también era llamada Accia (o Dazza, Datia), cuya etimología es bastante incierta[17]; un documento de 1434 la menciona como Porta Domine quo vadis. Solo después de la mitad del siglo XV se puede finalmente documentar el uso del nombre que ostenta aun hoy, debido a que se encuentra próxima a la basílica de San Sebastián extramuros y a las catacumbas de San Sebastián. La estructura original es de la época aureliana, edificada por lo tanto hacia el 275; disponía de una abertura con dos arcadas encima de las cuales se encontraban ventanas, también con arcos, comprendidas entre dos torres semicilíndricas. El recubrimiento de la fachada era en travertino. Durante una de sus restauraciones las dos torres fueron ampliadas, elevadas y conectadas, con dos muros paralelos al preexistente arco de Druso. Durante los años 401-402 el emperador Honorio ordenó rediseñar la puerta con una sola arcada, un ático sobreelevado en el que se abren dos filas de seis ventanas de arco y un pasillo abierto por donde circulaba la ronda. La base de las dos torres se asentó en dos basamentos de planta cuadrada, revestidos de mármol. Un reacondicionamiento posterior le dio finalmente el aspecto actual, en el cual toda la estructura (incluso las torres) se sobreelevó un piso. Algunos estudiosos dudan que esta remodelación sea obra de Honorio, en tanto que no existe la habitual placa recordatoria que este dejaba en todas sus intervenciones en las murallas y puertas de Roma. El cierre se hacía mediante una puerta de madera de dos hojas y una compuerta de movimiento vertical que se deslizaba en unas canaletas visibles aun hoy. Dada la importancia de la vía Apia, por la que se salía de la ciudad, sobre todo en la época romana, toda el área estaba involucrada en un intenso tráfico ciudadano. Aparentemente en la proximidad de la puerta existía un área de estacionamiento de los medios de transporte privados de miembros de la élite social; se trataba de lo que hoy definimos como aparcamiento o patio de transferencia, en vista de que el tráfico en la ciudad no estaba permitido para los medios privados. De esta regla no estaban exentos ni siquiera los miembros de la casa imperial, cuyos medios privados se estacionaban en una zona reservada (llamada mutatorium Caesaris), poco distante en el inicio de la vía.
Vista general de la puerta, apreciándose bien el basamento cuadrangular revestido en mármol (imagen de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/6/60/Roma_%28Rome%29_-_Porta_San_Sebastiano.jpg)

  • Son de notable interés algunos croquis visibles sobre el revestimiento en travertino de las bases del monumento; podría tratarse de indicaciones para la medición del trabajo de los talladores de piedra. Según informa el historiador italiano Antonio Nibby, en el centro del arco de la puerta, en el lado externo, está esculpida una cruz griega inscrita en una circunferencia, con una inscripción en griego dedicada a San Cono y a San Jorge, fechada en el siglo VI-VII, pero no se ha conservado ninguna traza visible. A la derecha de la puerta, en el lado interno, se encuentra grabada la figura del Arcángel Miguel mientras mata un dragón; al costado de la figura de puede leer en escritura gótica un texto donde se recuerda la batalla librada el 29 de septiembre de 1327 (día de San Jorge) entre las milicias romanas gibelinas de la familia Colonna, guiadas por Giacomo de’ Pontani (o Ponziano), contra el ejército güelfo y gibelino del rey de Nápoles Roberto de Anjou, guiadas por Giovanni d'Epiro y Gaetano Orsini. Pero más allá de los testimonios oficiales con un cierto valor histórico, el imperio romano es interesante también por la riqueza de grafitis y trazas que documentan la vida cotidiana que, en torno a la puerta, se ha desarrollado a lo largo de los siglos. Muy probablemente son obra de los peregrinos las varias cruces grabadas en los muros y el monograma de Cristo (JHS con la cruz sobre la «h») visible en la pared izquierda de la puerta, en frente al Arcángel Miguel; se pueden leer varios nombres italianos y extranjeros (un cierto Giuseppe Albani ha escrito tres veces su nombre asociado con tres fechas, la última inteligible es del 1622); para uso de viajeros extranjeros alguien ha grabado una especie de indicación para llegar a la Porta San Giovanni o a la Basílica de San Juan de Letrán, visible nada más salir por la puerta, sobre la izquierda: «DI QUA SI VA A S. GIO…», interrumpido por algo o por alguien; se pueden observar una variedad de incisiones difíciles de interpretar. El 5 de abril 1536, con ocasión del ingreso a Roma del emperador Carlos V, Antonio da Sangallo el Joven transformó la puerta en un verdadero arco de triunfo, decorándola con estatuas, columnas y frisos, llegando incluso a demoler edificios existentes para abrir una vía triunfal hasta el Foro Romano. El evento se inmortalizó con una inscripción sobre el arco, que, con un exceso de adulación comparaba a Carlos V con Escipión el Africano: «CARLO V ROM. IMP. AUG. III. AFRICANO». Por esta misma puerta pasó también, el 4 de diciembre 1571, el cortejo triunfal en honor a Marcantonio Colonna, el vencedor de la batalla de Lepanto. El elemento de dicho cortejo que suscitó mayor curiosidad fue ciertamente el desfile de los ciento sesenta prisioneros turcos encadenados. Para esa ocasión el Pasquino, la famosa estatua parlante de Roma, quiso dar su parecer, pero esta vez sin palabras: fue vista con la cabeza de un turco ensangrentada y una espada. Por lo que se refiere al interior del edificio que alberga la puerta, las transformaciones más importantes son recientes, desarrolladas entre 1942-43, cuando toda la estructura fue ocupada y utilizada por Ettore Muti, secretario del partido fascista. A esa época se deben los mosaicos bicromáticos en blanco y negro que decoran varios ambientes. Actualmente las torres albergan el Museo de las Murallas, en el cual se pueden observar modelos de su construcción en varias fases, la historia de las diferentes fortificaciones de la ciudad desde épocas monárquica y republicana hasta las Murallas Aurelianas del siglo III d.C. De estas últimas se narran las vicisitudes histórico-políticas que hicieron necesaria su construcción, así como los motivos estratégicos que determinaron la elección de su recorrido; asimismo, se analiza la técnica de su construcción, los tipos de puertas, las restauraciones y transformaciones que se realizaron sucesivamente.

Detalle de un arcángel San Miguel y una inscripción medieval grabados en la puerta (imagen de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/2/2b/Porta_Appia4.JPG)

  • Desde esta puerta comienza el Parque Regional de la Appia Antica, más de 3500 hectáreas que incluyen los primeros 16 km de la vía, hasta la intersección con la Appia Nuova en Frattocchie. A la izquierda del camino se aprecia una fuente formada por un sarcófago de mármol romano como una tina y decorada con un bajorrelieve que representa a una mujer y un hombre. Arriba hay una decoración arquitectónica. 
Detalle de la fuente (imagen de https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3ghTs_9Mk31yuuR6Vrmf3B_r9lzAUMIbEAnUSi3l49LdsJBf_YJnTChdxKNStgl9XhzST7yaZYuV3I8YxO3KTF89EFaHkYJPfVCDQSoXYYLXPCWDyXx7vOE6eTVStOSzg1k_8LyA3w_w/s1600/DSC_0215+%2528Copia%2529.JPG)
  • Luego se camina un poco por el Clivio di Marte, llamado así porque aquí había un santuario de la época republicana dedicado al dios de la guerra, uno de los más antiguos de Roma. Los restos de este santuario han sido identificados en los bloques de toba a la izquierda de la carretera. 
  • Justo antes del puente sobre el que pasa el tren, a unos 100 metros de la puerta y a la derecha, en el muro moderno se ha introducido la copia de una columna, la Primera Columna Miliar, que indicaba la primera milla recorrida, con la inscripción de Vespasiano y Nerva. El miliario original se encuentra en la balaustrada de Piazza del Campidoglio. El cuerpo del miliario está dividido en dos partes:
    • La inscripción de la parte superior dice IMP(erator) CAESAR VESPASIANVS AVG(vstvs) PONTIF(ex) MAXIM(vs) TRIB(vnicia) POTESTAT(e) VII IMP(erator) XVII P(ater) P(atriae) CENSOR CO(n)S(vl) DESIGN(atvs) VIII. Traducción: "Emperador César Vespasiano Augusto, pontífice máximo, en su séptima potestad tribunicia, su decimo séptima aclamación imperial, padre de la patria, censor y designado cónsul por octava vez".
    • La inscripción de la parte inferior dice IMP(erator) NERVA CAE(sar) AVGVSTVS PONTIFEX MAXIMVS TRIBVNICIA POTESTATE CO(n)S(vle) III PAT(er) PATRIAE RIFECIT. Traducción: "Emperador César Nerva Augusto, pontífice máximo, en su primera potestad tribunicia, cónsul por tercera vez, padre de la patria, lo restauró".
Copia del primer miliario de la vía Apia (imagen de https://pbs.twimg.com/media/EV0mmyPXYAYMXTm?format=jpg&name=large)

¿Demasiada información para digerir? Pues imaginad cuánto más nos queda por desvelar en las próximas millas 😉.

 

Fuentes:

Estacio: Silvas.

Tito Livio: Historia de Roma desde su fundación.

Bibliografía:

Canina, L. (1853): La prima parte della Via Appia da Porta Capena a Boville, 2 vols., Roma, Stabilimento tipografico di G. A. Bertinelli.

Coarelli, F. (1981): Dintorni di Roma, Bari, Laterza. 

Paris, R. (2018): Parco Archeologico dell'Appia Antica. Un piano per la gestione e la fruizione, Milano, Edizioni Mondadori Electra. 

Pisani Sartorio, G. (2003): "Il tratto urbano da Porta Capena a Casal Rotondo", della Portella, I. (ed.), Via Appia Antica, Roma, Arsenale, pp. ?.

Quilici, L. (1989): La Via Appia da Porta Capena ai Colli Albani, Roma, Fratelli Palombi.

(1976): La Via Appia da Roma a Bovillae, Roma, Bulzoni.

Spera, L. y Mineo, S. (2004): Da Roma a Bovillae (Antiche strade. Lazio. Via Appia. I, Roma, Istituto poligrafico e zecca dello stato.

Volpe, R. (2017): "Il paesaggio medio-repubblicano sulla via Appia", Manacorda, D. et alii. (eds.), Vigna Codini e dintorni. Atti della Giornatta di Studi (Roma, Istituto di Studi Romani, 10 giungo 2015), Bari, Edizioni Edilpuglia, 9-17.



[1] O cada 10-12 en los menos frecuentados.

[2] Moderna Capua.

[3] Milia passum en latín (la milla romana equivale a 1.481 metros).

[4] Antigua salida de Roma desde la Muralla Serviana del s. VI a.C.

[5] De ahí el nombre de “capena” o “capuana”. Otros piensan que el nombre deriva de Fons Camenorum, el bosque sagrado donde las vestales iban a buscar leña para sus sacrificios, y donde Numa Pompilio se encontró con la ninfa Egeria.

[6] Un poco más adelante en la vía Apia y cerca de las Catacumbas de San Calixto, será cuando Pedro se encuentre con Jesús y tenga lugar el episodio Domine, Quo Vadis?, decidiendo regresar para dar su vida en la cruz como Cristo.

[7] Los dos mártires fueron condenados a muerte junto a su señora Flavia Domitila (familiar del emperador Domiciano), a la que habían logrado convertir al cristianismo.

[8] El columbario es una tumba colectiva de incineración (a menudo bajo tierra); las tumbas podían adoptar varias formas: santuario, torre, templo de dos plantas, mausoleos circulares con techos cónicos o abovedados…

[9] Buena parte de la información está extraída directamente de https://es.wikipedia.org/wiki/Tumba_de_los_Escipiones

[10] Hasta su traslado al Vaticano.

[11] Dos de las cabezas realizadas con toba proveniente del Aniene y encontradas en la tumba se hallan ahora en los Museos Vaticanos. A la primera cabeza (24 cm alto) se le denominó "Cabeza de Ennio", quién tenía una estatua entera en la fachada del hipogeo de acuerdo con lo mencionado por Livio, pero esta atribución es incorrecta, ya que las fuentes establecen que la estatua de Ennio era de mármol, no de tufo.

[12] Tallados en un único bloque de toba.

[13] El ticket de entrada podría comprarse en el Museo de la Muralla.

[14] Se accede desde la vía di Porta Latina, a través de la entrada al Parco degli Scipioni frente al Tempietto di San Giovanni en Oleo.

[15] La entrada se efectúa en vía Latina 14, y al ser una propiedad privada solo puede ser visitada en compañía de asociaciones culturales.

[16] “No toques, mortal, respeta a los dioses Manes”.

[17] Aparentemente estaría ligada al hecho de que en su proximidad corría el arroyo Almone, llamado «Acqua Accia».

PRIMVS INTER PARES

In corpore sano

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