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Iluminando el día a día

Hoy nos toca hablar de un sistema milenario de iluminación. Sí, milenario. A fin de cuentas la iluminación eléctrica solo lleva en nuestras vidas poco más de 100 años, y sin embargo en ese tiempo hemos olvidado siglos de uso de un sencillo pero ingenioso artilugio: la lámpara de aceite. Por supuesto que éste no es un invento romano; para ello tendríamos que remontarnos hasta la Prehistoria y las primeras civilizaciones históricas. Pero en época romana, dada la extensión de sus territorios y poderío económico, la producción de lucernas fue masiva. Podían estar fabricadas en piedra, terracota (la más común y fácil de obtener) o bronce. La fabricación en terracota al principio fue manual y a torno (influencia helenística en época republicana), pero tuvo tantísima acogida que el proceso se tornó industrial mediante moldes.

Conozcamos sus partes:

  • Infundibulum: el depósito. 
  • Discus: es la cubierta del depósito, en muchas ocasiones decorada. Tenía una forma cóncava que facilitaba el vertido de aceite a través de un pequeño agujero, que a su vez facilitaba la oxigenación del depósito. 
  • Rostrum: es la extensión del depósito hacia adelante para colocar la mecha, esta última fabricada en lino hilado, o cualquier otro tejido vegetal que fuese apto en el proceso de hilatura (papiro, por ejemplo), y quizás también lana. 
  • Ellychnium: la mecha. 
  • Ansa: el asa posterior para el transporte de la lucerna.

 

Versión completa de las partes de una lucerna (imagen de https://ceramicasigillvm.es/lucernas-romanas/)

 

Su funcionamiento no podía ser más sencillo: llenando el depósito con aceite como combustible (un aceite de oliva de baja calidad era el preferido y más extendido, aunque también se podía usar aceite de sésamo, nuez, pescado… y otras grasas, pero mejor para lucernas grandes), la mecha de su interior y saliente por la boca se impregnaba y quedaba lista para ser encendida. La intensidad de la iluminación variaba en el número de mechas, entre 1 y 12 para los ejemplares más complejos. Si la lucerna disponía de un asa trasera, se convertía en un dispositivo portátil para iluminar cualquier espacio. Según la circunstancia, las formas variaban: para iluminar una estancia de gran tamaño, las lucernas podían tener muchos más orificios para mechas, o si iban a estar en una posición fija, carecían de asas o hasta se les instalaban cadenas con argollas para ser colgadas.

 

Bronce, ss. IV-V. Lucerna colgante, con asa decorada en forma de cabeza de dragón rematada con paloma. British Museum (imagen de https://www.britishmuseum.org/collection/image/34972001)

 

Por supuesto, y como venimos diciendo, su principal uso fue la iluminación, pero tampoco podemos perder de vista la función ritual para determinados eventos religiosos (a veces como ofrendas votivas), funeraria (apareciendo en enterramientos, y algunas sin rastro de uso) o escénica para espectáculos públicos. A veces incluso eran regaladas en el comienzo del año con una inscripción de felicitación.

Como consecuencia de su masiva producción industrial, resulta muy difícil conocer todas las variedades de forma, tamaño, factura, decoración… que se conocen en el registro arqueológico. Las catalogaciones realizadas por expertos desde finales del siglo XIX tenían en cuenta factores como la longitud, anchura, diámetro, decoración, asas, disposición de molduras o las paredes internas de las lucernas. Con ello se crearon unos grupos generales en base a características determinantes, con varias subdivisiones que atendían a detalles menores en importancia. A ello se suma el criterio cronológico, ya sea por estrato arqueológico, estilo… o las marcas de alfarero, que quedan en entredicho debido a la extensa red comercial del mundo romano, con imitaciones e intercambio de moldes entre fábricas. El problema de base es que cada investigador creó una tipología según los materiales de que disponía, por lo que no existe un corpus unificado de lucernas, pero intentaremos aquí mostrar una visión simplificada y a la vez rigurosa, interpretada de los datos ofrecidos por Celis Betriu (2005):

 

TIPOLOGÍA DE LA REPÚBLICA

CRONOLOGÍA

Ricci A

Fines s. V – inicios s. III a.C.

Ricci B

Durante s. II a.C.

Ricci C

s. II – inicios s. I a.C.

Ricci D

Durante s. II a.C.

Ricci E

s. II – mediados s. I a.C.

Ricci F

ss. II – I a.C.

Ricci G

Mediados s. I – finales s. I a.C.

Ricci H

Durante s. I a.C.

Dressel 1

ss. II – I a.C.

Dressel 2

ss. II a.C. – Augusto

Dressel 3

Inicios s. I a.C. – inicios s. I d.C.

Dressel 4

50 a.C. – finales Augusto

Dressel 2. Imagen de García Barrachina, 2016, 122.


TIPOLOGÍA DE VOLUTAS

CRONOLOGÍA

Dressel 9A

Augusto – Tiberio

Dressel 9B

Tiberio – Claudio

Dressel 9C

Nerón – inicio Flavios

Dressel 10

Vespasiano

Dressel 11

Claudio – Vespasiano

Dressel 12-13

Augusto – Flavios

Dressel 14

25 – 150 d.C.

Dressel 15

Vespasiano

Dressel 16

Flavios

Deneauve IV D

Era postaugustal – finales s. I d.C.

Deneauve IV B, E

Inicios s. I – 50 d.C.

Deneauve V C, E, F, G

25 d.C. – 100 d.C.

Dressel 12. Imagen de Celis Betriu, 2005.

TIPOLOGÍA DE DISCO

CRONOLOGÍA

Dressel 17

50 – s. II d.C.

Dressel 18

s. II d.C.

Dressel 19

50 – s. II d.C.

Dressel 20

s. II d.C.

Dressel 21, 24, 25

50 – s. III d.C.

Dressel 26

ss. II – III d.C.

Deneauve VII A

Augusto – 150 d.C.

Deneauve VII D

100 – 150 d.C.

Dressel 20. Imagen de Celis Betriu, 2005.
 

TIPOLOGÍA CUORIFORME

CRONOLOGÍA

Dressel 27

Inicios 75 – s. III d.C.

Dressel 28

ss. II – III d.C.

Dressel 28. Imagen de Celis Betriu, 2005.

 

TIPOLOGÍA DE CANAL (“firmalampen”)

CRONOLOGÍA

Loeschcke IX

75 – inicios s. II d.C.

Dressel 5

Flavios – finales s. III d.C.

Dressel 6

Finales s. I – s. IV d.C.

Dressel 5C. Imagen de Celis Betriu, 2005.

 

OTRAS TIPOLOGÍAS

CRONOLOGÍA

Dressel 22

50 – 225 d.C.

Dressel 7, 8

Antes 50 – finales s. I d.C.

Deneauve VI B

Después 50 – finales s. I de.C.

Dressel 30

ss. III – IV d.C.

Terra Sigillata Africana

Cronología

Dressel 31

Desde s. IV d.C.

Hayes I

ss. IV- V d.C.

Hayes II

ss. IV – VI d.C.

Dressel 31. Imagen de Celis Betriu, 2005.

 

También existieron lucernas cuya factura es tal que prácticamente se encuentran en el campo de las obras de arte, y sin duda reflejan los intereses de los dueños que las compraron o encargaron. Podían tener cadenas con argollas para ser colgadas, o diseños que las hacían similares a esculturas, representando todo un filón artístico. Un buen testimonio son las piezas recuperadas en Pompeya, Herculano y Estabia, debido a que entraban dentro de una zona geográfica en la que varios de sus habitantes tenían un nivel adquisitivo elevado.

Mención aparte merecen las escenas que podían decorar el discus, normalmente reservadas para las lucernas más elaboradas y menos económicas. Se puede seguir para ello la excelente subdivisión de Bailey, aunque aquí exponemos la siguiente, más simplificada:
  • Escenas de naturaleza: las más comunes y sencillas.

a)   Flora: flores, hojas de palma, laurel u olivo, a veces formando coronas.

b)  Fauna: puede ser real o mitológica. En el caso de la real, a veces aparece en escenas de caza, con un animal perseguido por perros, mientras que en el caso de la mitológica, son más populares los grifos, y en menor cantidad esfinges o pegasos.

c)  Cuerpos celestes: principalmente una media luna con los extremos hacia arriba, a veces acompañada de un pequeño sol.

  • Escenas arquitectónicas: con un nivel elevado de detallismo, de ahí la escasez de escenas por su dificultad de plasmación. Aparecen casi siempre en lucernas de volutas; algunos ejemplos pueden ser el marcador de delfines instalado por Agripa en el Circo Máximo.
  • Escenas de figuras humanas: con un amplio repertorio de subcategorías.

a)  Divinidades: tanto romanas como foráneas, especialmente de origen oriental. Se pueden destacar Cupido, Júpiter, Minerva, Fortuna, Victoria, Helios, Mercurio, Isis, Harpócrates, Anubis, Mitra…

b)  Mitos: adecuados para las producciones de mejor calidad, como el rapto de Europa.

c)   Lucha: representaciones de gladiadores o púgiles, mostrándose solos o en parejas combatientes. A veces el nivel de detalle es tal que se puede identificar el tipo de gladiador.

d)  Jinetes: en su mayoría pueden representarse carreras, luchas de entretenimiento o los Dioscuros.

e) Acciones específicas: mayormente de carácter costumbrista, como la caza de pájaros.

f)  Sexo: se especula con que pudiesen estar reservadas para la iluminación de determinados espacios íntimos del hogar.

  • Escenas teatrales: casi siempre figura una máscara, a veces sola y a veces llevada por un actor, pero en otras ocasiones las escenas tienen facciones grotescas que hacen pensar en el mimo.
  • Tardoantiguas: entre los ss. IV-VI d.C., empiezan a predominar motivos cristianos (crismón, cruz…).

 

Ejemplo de escena mitológica en lucerna de volutas (s. I), concretamente Ulises emborrachando a Polifemo (imagen de https://i.pinimg.com/736x/1f/63/29/1f632994a6a1ed8bac53d9d2f3a707cf--roman-mythology-roman-art.jpg)

 

Aunque escasas, también existen lucernas con alguna información epigráfica, consistiendo normalmente en la marca del taller responsable de su fabricación, que figura en el fondo del depósito de la lucerna, aunque podría haberse producido una copia, autorizada o no, de marcas, bien formando “sucursales” o con intereses fraudulentos. Ello ha permitido detectar distintas tipologías de marcas, como la abreviación del tria nomina o solamente el cognomen del artesano asociado a la fórmula EX OFFICINA (firma), símbolos, como un hoja de palma…

Fuera del campo de las lucernas, pero en conexión con ellas, quedan las luces utilizadas para exteriores, como simples antorchas, pebeteros (ideales para calles, templos y espacios abiertos en general) o linternas, normalmente de uso cilíndrico, con una tapa y una cadena para portarla con facilidad, y cubiertas de hueso o tejido translúcidos que protegieran la llama del viento.

 

Bibliografía:

Bayley, D. M. (1975): A Catalogue of the Lamps in the British Museum, I, Greek, Hellenistic and Early Roman Pottery Lamps, London.

“” (1980): II, Roman Lamps Made in Italy.

“” (1988): III, Roman Provincial Lamps.

“” (1996): IV, Lamps of metal, stone, and lampstands.

Celis Betriu, R. (2005): “Las lucernas”, en Roca Roumens, M., Fernández García, Mª I. (coords.): Introducción al estudio de la cerámica romana. Una breve guía de referencia, Málaga, UMA, 405-467.

Celis Betriu, R. (2008-2009): “Lucernas romanas. Conceptos y principios tipológicos”, Cvdas, 9-10, 55-97.

de Frutos Manzanares, L. (2020-2021): “Iluminar la cotidianeidad. Introducción al estudio de la iconografía de las lucernas en la zona layetana entre los siglos I a.C. y V d.C.”, Antesteria, 9-10, 229-246.

García Barrachina, A. (2016): "Las lucernas republicanas de Lucentum (Tossal de Manises, Alacant)", Lvcentvm, 35, 117-140.

Morillo Cerdán, A. (1990): “En torno a la tipología de lucernas romanas. Problemas de nomenclatura”, CuPAUAM, 17, 143-167.

Vegas, M. (1966): “Motivos decorativos en lucernas de disco romanas. Sus antecedentes y paralelos”, Pyrenae, 2, 81-91.

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