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"Llaman paz a sembrar desolación"

Tras el final de la rebelión de Boudica, se abría para Roma un nuevo proceso de expansión en Britania, iniciado con la construcción de una calzada en dirección norte y nuevas operaciones al cargo del gobernador Cneo Julio Agrícola. Antes de iniciar la conquista del norte, Agrícola decidió asegurar su retaguardia sometiendo previamente a los ordovicos, población mayoritaria del norte de Gales. En un total de seis campañas consolidó la presencia de Roma en el norte de Britania gracias a la construcción de una línea de fuertes a la altura del Firth of Forth, en el interior de Caledonia (Escocia); también estableció puestos de vigilancia por toda la costa oeste de la isla para asegurar sus posiciones frente a una posible incursión de las tribus de Hibernia (Irlanda).

 

Mapa de las campañas de Agrícola en Escocia (imagen de https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/43/Agricola.Campaigns.80.84.jpg)

Ante este avance, los pictos hicieron acto de presencia asaltando un campamento levantado por la legio IX Hispana. Si bien fueron rechazados en un primer momento, llegaron hasta Agrícola noticias del aglutinamiento de las tribus, razón por la cual preparó su estrategia cuando finalizó su sexta campaña en el 84 d.C. Primero, mediante exploradores, confirmó que Britania era una isla y que no se unía a Europa, por lo que propuso el total sometimiento de la misma para poder liberar recursos y destinarlos al Rin; quizás en un futuro no muy lejano, incluso se podría pensar en una posible invasión de Hibernia.

Avanzando en el terreno, Agrícola por fin consiguió dar con una gran hueste picta en el mons Graupius (lugar indeterminado), obligándola a entablar combate, pues los pictos habían estado eludiendo la confrontación directa; pero en esta ocasión se arriesgaban a quedar aislados de sus fuentes de aprovisionamiento, imprescindibles para alimentar no sólo a los soldados, sino también a sus familias (que también les acompañaban como es costumbre entre los celtas). Según Tácito, Roma sumaba 20.000 efectivos (mayoría de auxiliares britanos) y los pictos unos 30.000.

 

Recreación ilustrada de la disposición de fuerzas en el mons Graupius (imagen de https://images5.alphacoders.com/408/thumb-1920-408718.jpg)
 

Agrícola estableció 8.000 auxiliares de infantería en el centro, protegidos en los flancos por 3.000 de caballería, manteniendo a los legionarios de la XX Valeria Victrix en la reserva y protegiendo la zona con una red de zanjas. El líder picto Calgaco dispuso a sus hombres en una posición más elevada, con la caballería al frente y un despliegue más amplio, ante lo cual, temiendo que lo envolviera el enemigo, el general romano extendió sus líneas asumiendo el riesgo de debilitar el frente. Primero hubo una tanda de armas arrojadizas (lanzas, flechas y sobre todo piedras por parte de los pictos); Agrícola reforzó la primera línea con cinco cohortes quinquagenaria peditata de auxiliares bátavos y tungrios, llegando al cuerpo a cuerpo y ordenando atacar con los escudos al rostro del enemigo, ya que las heridas en la cara eran temidas por los pictos. La caballería enemiga se vio entorpecida por la red de zanjas, y pronto superada por la caballería romana, ante lo cual Calgaco lanzó al grueso de sus fuerzas contra el flanco izquierdo romano. Pero Agrícola, previsor, envió cuatro turmas de caballería que consiguieron replegar en desorden a los pictos; cundiendo el pánico, se perdió la unidad del ejército picto, provocando la huida hacia los bosques. Algunos grupos intentaron una carga suicida, pero no sirvió de mucho; los romanos aprovecharon esta huida para causar una matanza contra el enemigo. Tácito da unas cifras exageradas (10.000 bajas pictas frente a 360 romanas); pero en cualquier caso, parece un hecho que la conquista romana de Britania, a lo largo de varios años, supuso una auténtica debacle demográfica para la población autóctona. Según las estimaciones de Mattingly (2007, 93), se calculan entre 100.000-250.000 nativos muertos para una población total que no llegaría a los dos millones.

 

Interpretación de las fases de la batalla según Brendan Barry (imagen de https://alchetron.com/cdn/battle-of-mons-graupius-84a724a2-a22f-4214-a2ee-69986428ae4-resize-750.png)

En cualquier caso, una victoria romana tan importante indicaba que podría efectuarse la anexión de Escocia en el Imperio, y de hecho, Agrícola avanzó posiciones hasta el fuerte de Cawdor, la posición romana más septentrional de la isla, a lo que podría seguir la romanización con fundación de colonias y construcción de calzadas. Sin embargo, Julio Agrícola fue llamado a Roma por Domiciano, preocupado por los costes de la campaña, y sobre todo por la popularidad del general; de hecho cuando Agrícola falleció en el 93 se sospechó de su asesinato por el emperador (Dión Casio le acusa directamente). Los 25.000 hombres desplegados en Caledonia fueron transferidos a la Galia y el Rin, lo que permitió a los pictos reagruparse y recuperar terreno perdido. Terminó así la única oportunidad romana de ocupar toda la isla, pues los intentos de Septimio Severo entre 208-211 por acabar con las guerrillas pictas con su fuerza de 40.000 hombres terminaron en fracaso, y la frontera se estableció definitivamente en el muro de Adriano hasta su abandono en el siglo IV.

Para finalizar dejamos aquí las palabras que Tácito (Agr., 30, 3-4) puso en boca de Calgaco, como parte de un discurso de ánimo para las tropas pictas, y que sin duda forma parte de ese ideario de libertad y resistencia contra el opresor tan útil en los discursos nacionalistas, pues sin duda ayudó a Reino Unido, y Escocia en particular, a darse identidad propia:

“Pero tras nosotros no existe raza humana, sino olas y rocas y, más hostiles que éstas, los romanos, cuya soberbia en vano se evita con la obediencia y el sometimiento. Saqueadores del mundo, cuando les faltan tierras para su sistemático pillaje, dirigen sus ojos escrutadores al mar. Si el enemigo es rico, se muestran codiciosos; si es pobre, despóticos; ni el Oriente ni el Occidente han conseguido saciarlos; son los únicos que codician con igual ansia las riquezas y la pobreza. A robar, asesinar y asaltar llaman con falso nombre imperio, y paz al sembrar la desolación”[1].


Fragmento del friso procesional de William Brassey Hole (1897), que decora el gran salón del Scottish National Portrait Gallery (Edimburgo), y donde destacan las tres figuras centrales de Agrícola, Tácito y Calgaco (imagen completa en https://www.nationalgalleries.org/sites/default/files/product_images/Processional%20Frieze%20by%20William%20Brassey%20Hole%20art%20print.jpg)

Fuentes:

Dión Casio: Historia Romana.

Tácito: Agrícola.

Bibliografía: 

Campbell, D. B. (2010): Mons Graupius, AD 83. Rome's Battle at the Edge of the World, London, Osprey Publishing. 

Forder, S. (2019): The Romans in Scotland and the Battle of the Mons Graupius, -, Amberley Publishing.

Hanson, W. S. (2003): "The Roman Presence. Brief Interludes", en Edwards, K. J. y Ralston, I. B. M. (eds.), Scotland After the Ice Age. Environment, Archaeology and History, 8000 BC - AD 1000, Edinburgh, Edinburgh University Press, 195-216.

Mattingly, D. J. (2007): An Imperial Possession. Britain in the Roman Empire, 54 BC - AD 409, London, Allen Lane.

McHardy, S (2011): A New History of the Picts, Edinburgh, Luath Press.



[1] Sed nulla iam ultra gens, nihil nisi fluctus ac saxa, et infestiores Romani, quorum superbiam frustra per obsequium ac modestiam effugias. Raptores orbis, postquam cuncta vastantibus defuere terrae, mare scrutantur: si locuples hostis est, avari, si pauper, ambitiosi, quos non Oriens, non Occidens satiaverit: soli omnium opes atque inopiam pari adfectu concupiscunt. Auferre trucidare rapere falsis nominibus imperium, atque ubi solitudinem faciunt, pacem appellant.

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